(Micro Relato)
(Solo para alguien como yo)
Había subido al último piso del edificio más alto de la ciudad, llevando consigo, una botella de su predilecto vino añejo como ultimo deseo. Y mientras bebía, afligido pensaba en voz alta…“ya nada tiene sentido”…
Como
de costumbre, días antes había apostado ganando casi nada, y esta vez había
perdido quince mil dólares en juegos de casinos. Todas las mujeres que tenia,
accedían a el por interés, ninguna lo amaba de verdad…además de sus hijos
quienes se encontraban muy alejados de el. Siempre pudo comprarlo todo
con dinero, menos el amor y la felicidad.
Y
en su mente se cruzaron pensamientos tormentosos - tristes que lo deprimieron
al extremo; a pesar de aquella voz interior que a cada instante le pedía
reflexionar “no lo hagas” “siempre hay una salida al final del túnel, una
luz de esperanza, en medio de la oscuridad”… aun así, tomo la fatal decisión
creyendo que después de ese acontecimiento nadie le echaría de
menos, absolutamente nadie, lloraría por el…
Y
mientras su cuerpo iba cayendo desde los aires; el lloraba…
Que
sus lágrimas eran secadas por el viento. Y en ese ínterin, por su
mente transitaban pasajes de su vida con momentos de sociego; pues en medio de la
adversidad y fuertes luchas que alguna vez le toco vivir, Dios
siempre había sido generoso con el, por haber alcanzado sus objetivos como exitoso
hombre profesional y de empresa. Y aun en esa fracción de segundos que restaban,
recordaría a una mujer, aquella quien le dijo que lo amaba y
siempre esperaría por el…entonces, entendió que podía ir a su encuentro,
pedirle perdón y suplicarle que le de una oportunidad para hallar junto a ella,
la felicidad. Mas aun, al acordarse del abundante dinero que había ahorrado
para su futuro; pudo recapacitar, convenciéndose que a pesar de
todo, “valía la pena continuar viviendo”.
Pero
en ese preciso momento que había cambiado de parecer, arrepintiéndose del grave
error cometido; el brutal golpe seco contra el pavimento fue demoledor.
Pudiéndose contemplar tristemente la desgarradora imagen de un
cuerpo molido por la atricción, en medio de un gran charco de sangre…
Demasiado
tarde para querer seguir viviendo.
Tardía
reflexión…