miércoles, 12 de septiembre de 2012

TRISTE DECISION


(Micro Relato)
(Solo para alguien como yo) 

Había subido al último piso del edificio más alto de la ciudad, llevando consigo, una botella de su predilecto vino añejo  como ultimo deseo. Y mientras bebía,  afligido  pensaba en voz alta…ya nada tiene sentido
Como de costumbre, días antes había apostado ganando casi nada, y esta vez había perdido quince mil dólares en juegos de casinos. Todas las mujeres que tenia, accedían a el por interés, ninguna lo amaba de verdad…además de sus hijos quienes se encontraban muy alejados de el.  Siempre pudo comprarlo todo con dinero, menos el amor y la felicidad. 

Y en su mente se cruzaron pensamientos  tormentosos - tristes que lo deprimieron al extremo; a pesar de aquella voz  interior que a cada instante le pedía reflexionar “no lo hagas” “siempre hay una salida al final del túnel, una luz de esperanza, en medio de la oscuridad”… aun así, tomo la fatal decisión  creyendo que después de ese acontecimiento  nadie le echaría de menos,  absolutamente nadie, lloraría por el…


 
Y mientras su cuerpo iba cayendo desde los aires;  el  lloraba…
Que sus lágrimas eran secadas por el viento. Y en ese ínterin, por su mente transitaban pasajes de su vida con momentos de sociego; pues en medio de la adversidad  y fuertes luchas que alguna vez le toco vivir, Dios  siempre había sido generoso con el, por haber alcanzado sus objetivos como exitoso hombre profesional y de empresa. Y aun en esa fracción de segundos que restaban, recordaría a  una mujer, aquella quien le dijo que lo amaba  y siempre esperaría por el…entonces, entendió que podía ir a su encuentro, pedirle perdón y suplicarle que le de una oportunidad para hallar junto a ella, la felicidad. Mas aun, al acordarse del abundante dinero que había ahorrado para su futuro; pudo recapacitar, convenciéndose  que a pesar de todo,  “valía la pena continuar viviendo”.

Pero en ese preciso momento que había cambiado de parecer, arrepintiéndose del grave error cometido; el brutal golpe seco contra el pavimento fue demoledor. Pudiéndose contemplar tristemente  la  desgarradora imagen de un cuerpo  molido por la atricción, en medio de un gran charco de sangre…

Demasiado tarde para querer seguir viviendo. 
Tardía reflexión…