Atado a una gran cuerda que sujetaba unos veinte mil globos de helio, al fin había llegado el momento de cumplir uno de mis grandes sueños. Mi familia presente a unos metros de distancia aplaudían alegremente, incluso tomándome algunas fotos, lo que sería para mí, un acontecimiento…
Desde lo alto de una cima me lancé al viento con casi veinte mil globos multicolores, pudiendo volar por unos minutos hacia un extremo del firmamento…
A pesar de haberme sentido nervioso por un instante, desde arriba me sentí como una pluma liviana, cuan burbuja flotante en la infinidad; y mientras disfrutaba el momento cerrando los ojos de felicidad, me vino el recuerdo de Yzumi, de aquellos tiempos cuando junto a ella solíamos vender nuestros globos de colores al público, por inmediaciones del circo que existía en la plazuela de nuestro añorado pueblo.
Yzumi, era dulce y encantadora. Tenia la costumbre de preguntarme a cada instante más aun a la hora del refrigerio cuando acudíamos al Kiosco rodante frente al circo, recuerdo cuando sostenia sus globos para que ella pudiera almorzar cómodamente…
Albert, yo tengo quince globos y tu treinta?
¿Porque mamá siempre te da más globos y a mi menos?--- preguntaba Yzumi…
Porque tú tienes ocho años y yo diez-----respondía…
Albert, ¿con cuantos globos podemos volar al cielo?
Con muchos, con miles de globos. También se necesita bastante dinero para comprarlos---respondía…
Algún día volaremos al cielo con mil o con cien mil globos, así tengamos que vender todo para conseguir dinero, no crees Albert?
Claro que si, Yzumi, algún día…
Ambos tuvimos un sueño en común, volar con globos que conocíamos desde muy pequeños…
Por cosas de la vida, mi hermanita solo nos acompañó hasta los nueve años. Nunca me separé de su lado cuando estuvo muy enferma en el hospital, y un día antes de morir, como sintiendo ella mi dolor y sufrimiento, por su vida que se iba apagando… lentamente su manita lo puso encima de la mía y me dijo: Albert, ayer y hoy he soñado que podía volar al cielo con miles de globos de colores. “se puede volar Albert”… “se puede volar”, y es hermoso…
Tú también sé que lo harás, saldrás adelante y lograras ese sueño de volar…
Sí, juntos lo haremos Yzumi…te lo prometo---le dije con lágrimas en los ojos…
“Oh, Yzumi, allá arriba fue maravilloso recordarte”…
De pronto, siento agua helada en mi rostro…
Sí, era mi familia, al ver que los globos habían perdido altitud, descendiendo casi a un kilómetro de distancia, preocupados pensando que me había sucedido lo peor, llegaron a socorrerme.
Luego de despertar de lo inconsciente que había quedado al aterrizar a tierra, después de desenredarme de cuerdas y globos, todos me felicitaron. Y una vez finalizado dicha travesía, mi pequeño hijo acercándose me dice:
¿Deberá ser muy lindo volar no papá?
Es maravilloso mi querido hijo-----respondí…
Y ambos nos miramos alegremente, en señal de satisfacción…
Mientras sujetados de la mano caminábamos, pensaba en un bello sueño cumplido…
“El sueño de volar”…
Más yo nunca deje de pensar en Yzumi…
-------------------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario