jueves, 24 de diciembre de 2020

ESTA NAVIDAD

 

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Si bien la biblia no refiere la fecha exacta de la Navidad, y mucha gente diga que la navidad es una fiesta pagana, lo cierto es que en esta fecha la gran mayoría en el mundo lo celebra. 

Es tradición y costumbre que en navidad, nos reunamos en familia, abrir los regalos al borde del árbol, recibir los abrazos de afecto y cariño de nuestros seres queridos entre ellos padres, abuelos, hermanos e hijos, o de algún familiar; habiéndonos acostumbrado a que todo puede ser posible en esta fecha, cuando se vive con esperanza e ilusión, es cuando nuestro corazón rebosa por aquellos sentimientos encontrados, por los recuerdos de nuestra niñez, poniéndonos más sensibles ya sea por un vacío que no pudimos llenar, o por la ausencia o pérdida de un ser querido...y de saber que el tiempo transcurre raudamente. 

Pero más que eso debe ser un tiempo de reflexión, de pensar en Dios, y del amor que uno haya entregado en todo este tiempo, la acción de gracia que hayamos impartido con valores de solidaridad, caridad y esperanza hacia nuestro prójimo y especialmente hacia nuestra familia. 

Navidad es reconocer que hace más de dos mil veinte años nació en un pesebre nuestro Señor JESÚS, quien después de haber crecido como un niño se hizo hombre, y todo ese tiempo que estuvo entre nosotros no fue más que BUSCAR a todos los que se habían perdido, SIRVIENDO sin cesar, desde los más afligidos y necesitados, y por amor se adjudicó de todas nuestras culpas y miserias, sacrificando su vida para SALVARNOS y redimirnos del pecado. 

Nos acostumbramos a decir “feliz navidad, y a escuchar esa frase de todos, aunque en el fondo no sepamos realmente el significado y el origen de la navidad, y tampoco hayamos vivido realmente una navidad feliz. 

Llegamos a convivir en un mundo de espejismo donde siempre reinó el mercantilismo y el consumismo de derroche, fiestas y regalos, olvidándonos que miles de niños hasta hoy en día nunca han tenido un regalo al borde del árbol, y miles de ellos tampoco han tenido el privilegio de sentir el calor de una cena navideña con los suyos.

Esta navidad del 2020, que ha sido un año adverso, triste y muy doloroso para mucha gente en el mundo, especialmente para quienes han perdido a sus seres queridos, y para aquellos que lo perdieron todo, aún, si para muchos ha sido un año fructífero alentador y de ganancias, viendo a nuestro prójimo padecer, donde las enfermedades y la salud mental ha  mermando en la población, no se puede hablar de una FELIZ NAVIDAD. Porque hoy más que nunca, ha aumentado la pobreza en el mundo,  a la par con el desempleo, y los mendigos en las calles ahora son mucho más, y por consiguiente más familias no tendrán que comer en esta noche buena así como más niños no tendrán un regalo al pie del árbol. 

Sin embargo, a pesar de la pandemia por el  covid 19 que nos ha tocado vivir y afrontar, más allá de todo obstáculo, han existido corazones generosos y cestos navideños de alimentos de quienes con gran amor y gestos de solidaridad  han sido como estrellas que han alumbrado a miles de familias necesitadas, enarbolando la bandera de la esperanza, esa esperanza que nunca debemos perder, y la ESPERANZA ESTÁ EN JESUCRISTO, porque en esperanza fuimos salvos, ( Romanos 8, 24). 

Entonces amado hermano, o hermana, amigo o amiga, si por casualidad o por cualquier circunstancia llegas a leer este mensaje, aunque no nos conozcamos quiero decirte, que independientemente de lo que te haya tocado vivir en este año, ya sea con momentos duros llenos de angustias y aflicciones, nunca pierdas la fe y la esperanza de que mañana será un día mejor. 




Que pases una bonita noche buena, suena bien, pero que "TENGAS UNA BENDECIDA NAVIDAD", en el amor de Cristo Jesús, suena grandioso, porque encierra “bendición” y hablar de bendición es desear el bien y la felicidad al prójimo, como también desear lo mejor en cuanto a proyectos y sueños que pueda tener esa persona que puede ser conocido tuyo o que incluso no conozcas; asimismo la palabra bendición es dar gracias por todo lo que uno tiene alrededor y ser agradecido con lo mucho o poco que tenga; es ser agradecido por un día mas de vida. 

Y que a comparación de la “felicidad” que es efímera, volátil y momentánea, la bendición está arraigada con Cristo, y cuanto más cerca estemos a ÉL, nos sentiremos más regocijados de amor, paz y alegría... 

En nuestro arduo y largo camino de la vida.


Que Dios te bendiga...

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miércoles, 29 de julio de 2020

EL CIEGO QUE RECIBIÓ LA VISTA

Pasaje bíblico Lucas 18 verso 35 al 43.

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Aconteció cuando un ciego que se encontraba sentado mendigando por un camino, de pronto oyó entre la multitud quienes le dijeron que  Jesucristo pasaba, este al enterarse empezó a gritar a viva voz, hijo de David ten misericordia de mí!. Y cuando nadie se apiadaba en ayudarlo, por el contrario la gente le gritaba que se callase,  el ciego empezó a gritar con más fuerza, ¡hijo de David, ten misericordia de mí! entonces  Jesucristo al escuchar el clamor de aquel mendigo se detuvo, pidió  traerlo hacia su presencia, para luego darle lo que  quería. “La vista”.

 

En este hermoso pasaje bíblico se puede apreciar tres aspectos muy relevantes a mí modesto entender:

1.- La insensibilidad  hacia el prójimo.

2.- la fe y la perseverancia.

3.- el amor de Dios.

 

1.- La Insensibilidad de la gente hacia el prójimo se puede evidenciar  en los momentos cuando  Jesucristo pasaba entre la multitud por ese camino donde precisamente se encontraba aquel ciego, quien gritaba ten misericordia de mí hijo de David. Había gente que escuchaba el  clamor de aquel hombre que ansiaba llegar a Jesucristo, pero que por su limitación física no podía hacerlo. Nadie le ayudaba, siendo la gente insensible e indiferente ante su dolor; y que contrariamente, le reprendían para que se calle. Lucas 18-39

Por lo general la falta de sensibilidad y la indiferencia lo vemos  a diario en todos lados, ya sea en las calles como en las noticias, cuando a veces nos mostramos indiferentes ante el sufrimiento y el dolor ajeno, ante el mendigo de la calle o ante cualquier persona  necesitada que pueda estar atravesando momentos adversos, aquel que incluso puede ser nuestro prójimo o alguien de nuestro entorno.

 2.- la fe y la perseverancia, se deja entrever  en  aquel ciego que representa a la aflicción y al dolor que en nuestra condición humana todos tenemos. Representa además a toda  persona enferma, o discapacitada con carencias y limitaciones. Que sabiendo que Jesucristo es el hijo de Dios, y  el único que podía curarlo se dirige con absoluta confianza, no dejando pasar la gran oportunidad de su vida. A pesar de que la gente le reprendía para que no grite, aquel mendigo se mostró osado en su fe. Al seguir gritando: hijo de David ten misericordia de mí!. Aquella fe que tiene que ir indefectiblemente de la mano con la perseverancia toda vez que ambas deben de complementarse necesariamente  para el  propósito que uno tiene. 

3.- El amor de Dios.- Que es infinito, que sin excepción alguna guarda  hacia todos nosotros; ese amor compasivo que mostró Jesucristo en ese momento cuando escuchó  al  ciego clamar, y se detuvo,  diciéndole: que puedo hacer por ti, y el ciego le responde: Señor que pueda ver, y Jesús le da su más preciado regalo; la   vista. 

Más le dijo: tu fe te ha salvado.

 

Debemos tener en cuenta que la fe es la condición por excelencia, es el punto medio entre el poder sobrenatural de Dios para curar, y  el milagro que uno quiere recibir para  su vida. 

A veces no sabemos cómo llegar a Dios  por algún milagro, deseo o necesidad de nuestro corazón, aquel ciego nos da un ejemplo de cómo hacerlo, invocando de manera consciente nuestra condición pecadora, y reconociendo con  humildad  nuestras falencias y necesidades.

Muchas veces acudimos a Dios con un corazón duro, lleno de soberbia, de rencores o rechazo,  a veces estresado debido al trabajo que realizamos. A veces creemos que lo tenemos todo, que no nos falta nada, y nos alejamos de Dios. A veces creemos que todo lo podemos  con nuestras fuerzas, hasta que nos damos cuenta  que realmente nuestra condición física y todo el conocimiento aprendido  es limitado, y más allá de esa línea,  esta lo sobre natural  que es  Dios. Y  en vez de arrepentirnos y acercarnos a Él, tomamos un camino equivocado, erróneo alejándonos aún más.

No obstante a ello, debemos siempre clamar a Dios, como lo hizo aquel ciego mendigo, con mucha fe y perseverancia, que bajó  al llano y pidió  de todo corazón  y arrepentimiento curarse de sus males. Por ultimo pedir por nuestra  salvación de quien realmente puede darnos.

Si tú lo haces ten por seguro que Dios, en su infinito amor y  misericordia en algún momento se detendrá  como lo hizo con aquel  ciego indigente, y te concederá el milagro que pides.

A veces debemos ser como un inocente niño que ilusionado por un soñado  juguete,  de tanto pedir al  padre, aquel  padre  por amor, finalmente le llega a cumplir  su tan anhelado regalo.

Porque Jesucristo  es amor,  y te ama más de lo que tú puedes imaginar.


Que Dios te bendiga.


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lunes, 29 de junio de 2020

SOMOS MAS QUE VENCEDORES (El Apóstol Pablo)

La Conversión de Saulo-Pablo de Tarso 
Pasaje Bíblico: Somos Más que vencedores   (Romanos 8, versículo del 28  al  39)

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Pablo de Tarso, originalmente Saulo de Tarso, ​nació entre los años 5 y 10  d. C. ​ en Tarso de Cicilia (actual Turquía ) y muerto martirizado bajo el gobierno de Nerón entre los años  58 y 67 en Roma, ​ es conocido como el Apóstol de los gentiles, el Apóstol de las naciones, o simplemente el Apóstol, y constituye una de las personalidades más importantes  del cristianismo.

Fue hijo de hebreos  y descendiente de la tribu de Benjamín,  el libro de los Hechos de los Apóstoles señala además otros tres puntos respecto de Pablo:
1.- que fue educado en Jerusalén.
2.- que fue instruido a los pies del famoso rabino Gamaliel.
3.- que era fariseo​ hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia de la Ley, intachable.


Con todo, el carácter fariseo de Pablo en su juventud suele ser aceptado sin reticencias por otros autores, ​ a lo que se suman las palabras puestas en boca del Apóstol por el libro de los Hechos:

No se sabe a ciencia cierta en cuanto a su estado civil, del cual no existe constancia clara. Los textos de 1 Corintios 7, 8 y 1 Corintios 9, 5 sugieren que, cuando escribió esa carta en la primera mitad de la década del año 50, no estaba casado, pero eso no aclara si nunca se había casado, si se había  divorciado o si había enviudado.

Existen  dos posiciones mayoritarias:
1.   que habría permanecido célibe toda su vida sin que quede clara la razón precisa, que no sería necesariamente de índole religiosa.
2.   que habría estado casado, ​ y luego habría enviudado.

SAULO PERSEGUIDOR DE CRISTIANOS

No se habla de matanzas pero, en un discurso posterior en el templo (Hechos 22, 19-21), Pablo señaló que andaba por las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían en Jesús de Nazaret. En Hechos 9,1 se indica que las intenciones y propósitos de Saulo eran amedrentar de muerte a los fieles. Y en Hechos 22, 4 se coloca en boca de Pablo su persecución "hasta la muerte", encadenando y encarcelando a hombres y mujeres.

LA CONVERSIÓN DE SAULO DE TARSO
Según el libro de los Hechos de los Apóstoles, luego del martirio de Esteban, (muerte de Esteban) Saulo Pablo se dirigió a Damasco, pero previo a ello  se presentó al Sumo Sacerdote, y le pidió cartas para que le enviaran a las sinagogas de Damasco, con el fin de que si encontraba algunos seguidores ( Cristianos) del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.


Sucedió que Saulo Pablo, yendo de camino a las sinagogas, a fin de perseguir y amedrentar a los fieles cristianos, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Saulo Pablo respondió: ¿Quién eres, Señor? Y aquella voz que venia del cielo le dijo: "Yo soy Jesús de Nazaret a quien tú persigues". Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer. Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto; oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y  aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Había quedado ciego; al cabo de un rato lo  llevaron de la mano y le hicieron entrar a la ciudad de  Damasco. Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber.

Pablo mismo presentó esta experiencia como una visión (1 Corintios 9, 1), como una “aparición” de Jesucristo resucitado (1 Corintios 15, 8) o como una “revelación” de Jesucristo y su Evangelio (Gálatas 1, 12-16; 1Corintios 2, 10). Pero nunca presentó esta experiencia como una "conversión", porque para los judíos «convertirse» significaba abandonar a los ídolos para creer en el Dios verdadero, y Pablo nunca había adorado a ídolos paganos, ni había llevado una vida disoluta.

En la Biblia está lo que Pablo dijo:  ….”pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. Pues ya estáis enterados de mi conducta anterior en el Judaísmo, cuán encarnizadamente perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba, y cómo sobrepasaba en el Judaísmo a muchos de mis compatriotas contemporáneos, superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres. Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, sin subir a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde nuevamente volví a Damasco.

Como resultado de esa “experiencia” vivida en el camino a Damasco, Saulo de Tarso, hasta entonces dedicado a perseguir encarnizadamente y “asolar” con "celo" a la Iglesia de Dios según sus propias palabras, transformó su pensamiento y su comportamiento. Pablo siempre habló de su condición judía en tiempo presente, ​ y señaló que él mismo debía cumplir las normas dictaminadas por las autoridades judías,​ Probablemente nunca abandonó sus raíces judías, pero permaneció fiel a aquella experiencia vivida, considerada uno de los principales acontecimientos en la historia de la Iglesia. ​

Después del suceso vivido por Pablo en el camino de Damasco, Ananías lo curó de su ceguera imponiéndole las manos. Donde  fue bautizado permaneciendo en  Damasco durante algunos días.

Aquella intervención maravillosa sirvió para convencer a Saulo de que el tal Cristo Jesús al que él perseguía era de verdad el Mesías. Le convenció también de que estaba en el error intentando acabar con su doctrina y así pasó de ser un  tirano  perseguidor de Cristianos, a un entusiasta apóstol del mensaje contenido en el Evangelio.

Saulo fue curado de sus dos cegueras, la física y la espiritual. Tras muchas peripecias se convirtió en el mayor difusor del cristianismo, el que abrió las puertas de la nueva fe a todos los hombres, rompiendo las barreras de la raza judía y permitiendo que el mensaje cristiano se extendiera por todo el mundo, como quería su fundador, a todos los rincones de la tierra. Tomó entonces el nombre de Pablo. Tenía treinta y seis años de edad. Después que hizo la primera manifestación de fe cristiana, se retiró a los desiertos de Arabia, donde fue milagrosamente instruido en la doctrina del Evangelio. Desde allí volvió a Damasco y comenzó su predicación además de recibir su bautismo.
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Hay un pasaje de la Biblia que es una bella promesa reconfortante ante toda adversidad. esta frase somos más que vencedores quizá puede aludir aparentemente a los triunfos o a las victorias que en el mundo real uno puede llegar a alcanzar,  como el de títulos personales, trofeos, obtención de riquezas, obtención de bienes materiales, de dinero o de poder etc. pero muy a mi pesar debo decir que esta frase más que nada se refiere a los grandes retos, obstáculos  y aflicciones que el ser humano debe de enfrentar a lo largo y en algún momento de la vida, y que en algunos casos pueden ser muy dolorosos y atroces, como la pérdida de un ser amado, grave enfermedad, tempestades o sequías en la vida; traiciones, bancarrota o  cualquier otra adversidad.

Pablo antes de tener el encuentro con Jesucristo, era un hombre erudito conocedor de las leyes y prestigioso, pero al mismo tiempo ruin y pecador, pero luego  de tener el encuentro con Jesucristo se convirtió en uno de los más fieles y leales de los apóstoles, aquel que despojándose de sus títulos  y riquezas llevaría la palabra de Dios a todo el mundo. 

Pablo sabiendo que Jesucristo al venir al mundo vino para perdonar nuestros pecados y por amor dar su vida por todos nosotros al morir en la cruz, pero previo a ser crucificado atravesaría ese inmenso sufrimiento de dolor, flagelo, aflicción, persecución y humillación, para que posteriormente se diera  la gloriosa resurrección. Y siguiendo las huellas de Jesús Pablo tuvo que pasar desafíos difíciles de hambre, angustia, persecución y peligro, inclusive el padecimiento de estar  en prisión, a sabiendas que después de todo al morir en el amor de Cristo Jesús, sería más que vencedor. 

Por cierto, en este mundo muchos podrán gozar  de todo, de dinero, de fama, o poder, o de bienes raíces y riquezas, pero  si no tienen el amor de  Cristo Jesús en sus corazones,  de muy poco  le servirá.

Si en estos momentos de tu vida, estuvieras atravesando momentos adversos, tan duros  como  la pérdida de un ser querido, o una grave enfermedad, o tuvieras muchos problemas llenos de angustias o aflicciones,  ten presente de que si te arrepientes de tus pecados y recibes en tu corazón a Cristo Jesús como tu salvador y te aferras fielmente  a él, tu victoria estará asegurada. Porque  su amor hacia nosotros no tiene límites y es eterno, y "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? y eso desde ya, nos hace  más que vencedores.

En el libro de la Biblia:  exactamente en  Romanos capitulo 8, versículo del  28 al 39, se encuentra escrito la bella promesa de "Somos más que vencedores":

- ¿Quién nos separara del amor de Cristo? ¿Tribulación o angustia, o persecución, o 
    hambre, o desnudez, o peligro o espada? Como está escrito:

    Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
    Somos contados como ovejas de matadero.

Antes, en todas estas cosas SOMOS MAS QUE VENCEDORES por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separa del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
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Que Dios te bendiga...


.Publicado: el 26-09-18

sábado, 16 de mayo de 2020

LA CONVERSIÓN DE SIMON DE CIRENE, CAYO CASIO LONGINOS Y DIMAS

(El Poder de la sangre de Cristo)

(La conversión al Cristianismo de Simón de Cirene, Cayo Casio Longinos  y Dimas, se produce precisamente en circunstancias de los últimos momentos; es decir al pie de la cruz y por el poder de la sangre de Cristo)

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Cuando iba cargando  aquel pesado madero de cruz  de más de cien kilos con destino al monte Gólgota, detrás de él  iban  dos hombres que también  habían sido  condenados a la crucifixión, llevando cada uno  sus  maderos de cruz.

En todo ese trayecto, se tenía que atravesar un camino pedregoso de altos y bajos montículos, cuya fuerza  se le había agotado por haber soportado el flagelo brutal que momentos antes había recibido. En la ardua  y noble tarea que había sostenido durante tres años de  predicación, sanación y curación a miles de personas entre enfermos y desvalidos, su cuerpo se extenuó, más cuando no había  probado alimento desde la última cena que había tenido con sus doce discípulos. 

Y  entre la multitud apareció  Simón de Cirene,  un agricultor venido  del campo (Mateo 27-32) de semblante fuerte y corazón duro,  lleno de tormentos y pesares en su vida.

Simón de Cirene, había oído  hablar  acerca de la existencia del hijo de Dios y de los milagros que diariamente hacía, y  aunque del todo no comprendía  porqué se encontraba precisamente en ese lugar, turbado ante la vía crucis de Jesucristo quien en esos momentos era oprobio y desprecio de la gente (salmos 22-6),  cuando de pronto unos soldados romanos le ordenaron  para que sea el, quien  ayude a  cargar la cruz hasta el monte calavera como  lo llamaban al Gólgota, aceptando de manera titubeante. Al margen de haber sentido compasión por Jesús  al verlo muy débil, golpeado y ensangrentado.

Y aquel hombre desconocido  ayudaría a cargar  aquella pesada cruz  al que puso  a sus hombros, sintiendo  en  sus manos  la sangre vertida aún caliente de Jesucristo. Simón de Cirene, pudo presenciar y pudo sentir en carne propia el gran dolor de un recorrido tortuoso y agónico que padeció Jesús, previo a los últimos momentos de su muerte en la cruz. Pudo experimentar sin duda  su conversión al cristianismo. 

Cuando llegaron al Gólgota  los soldados romanos extendieron los brazos de  cada uno de ellos, atando  sus manos, luego  juntaron los pies al borde del madero  para luego ser clavados, utilizándose una gran comba y  unos enormes clavos.

El ladrón  o malhechor que fue crucificado en el  lado izquierdo  se llamaba “Gestas” y el otro  malechor que fue crucificado en el lado derecho (Ladrón bueno) como así lo llamó el apóstol Juan, se llamaba “Dimas”.

Las escrituras refieren que uno de ellos le injuriaba a Cristo diciendo: ¿No eres tú el Cristo? sálvate a ti mismo y a nosotros. Pero que el otro le respondía: ¿Ni siquiera tú que estás en el mismo suplicio temes a Dios? Nosotros, en verdad, estamos merecidamente, pues recibimos lo debido por lo que hemos hecho; pero éste no hizo mal alguno. Y decía:
“Jesús, acuérdate de mí, cuando llegues a tu Reino”.

Y que Jesucristo en plena agonía le respondió: en verdad te digo: “que hoy estarás conmigo en el Paraíso”. (Marcos 17, 27s. y Lucas 23, 39-43).

En ese momento hubo tinieblas sobre  toda la tierra y el sol se oscureció (Lucas 23-44,45). Y  a las  tres de la tarde  en  que el hijo de Dios entregara  su espíritu a su eterno Padre, se produjo un fuerte terremoto (Mateo 27-54) en los precisos momentos que  expiró.

Ese mismo día entre los soldados romanos quienes ponían el orden un centurión que comandaba la tropa, quien había sido testigo del recorrido penitente que atravesó Jesucristo hacia el Gólgota, se llamaba Cayo Casio longinos, soldado de la milicia  preparado para  obedecer y matar; quien se percató de los sentimientos encontrados que la gente exteriorizaba, toda vez que habían quienes gozaban, y otros que sufrían por la injusticia y el grave daño que se le había causado  al  hijo de Dios.

Este soldado, había escuchado hablar de quien era  el Nazareno y de los milagros que había hecho a la gente, pudo evidenciar un  comportamiento inusual y diferente el que  mostraba Jesucristo, en los  momentos previos a su  muerte.

Casio Longinos,  pudo ser testigo al igual que los otros dos anteriores del padecimiento extremo en el momento  final  de la vida y agonía  de Jesús cuando al cielo clamó  “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”. Todo ese acontecimiento nunca antes visto y escuchado en los anteriores hombres crucificados.

La triste mirada resplandeciente del Cristo redentor lo había   perturbado de sobremanera, logrando evitar que los soldados romanos no pudieran quebrar las piernas de Cristo, como lo hicieron con Gestas y Dimas, costumbre que se solía hacer a fin de que la muerte sea más rápida; sin embargo, Casio  Longinos  lo evitó al decir que Cristo ya estaba muerto.

Y al tratar  de demostrar  que aquel  “Varón de dolores” (Isaías 53-3)  ya estaba muerto,  utilizó una lanza logrando  atravesarle en uno de los costados y a la altura del corazón, en cuya herida  emanó  abundante sangre y agua. (Juan 19-34)  

La conversión de Casio Longinos se dio precisamente en el momento de salpicar  la sangre de cristo en su rostro y ojos. Dándose de esta manera su conversión al cristianismo; cuando cogiéndose el rostro empañado de sangre dijo: “es verdad este hombre era hijo de Dios”; cayendo  al suelo de rodillas.

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La Biblia no refiere mucho del recorrido que hizo Jesús camino al Gólgota, no se da más detalles acerca de quien fue Simón de Cirene, mencionando solo un versículo, también no detalla acerca del soldado Cayo Casio Longinos y del malhechor Dimas, existiendo  los llamados textos  apócrifos, que habla  algo  de estos dos últimos.  

En  los libros de Mateo  capítulo 26, 32 - 54, Lucas 23, 26 - 49 y de Juan 19,17- 37, se aprecia  muy poco  de cómo fue la vía crucis de nuestro señor Jesucristo, pero no como uno quisiera saber en cuanto a los momentos previos a su muerte en la cruz, hasta en la gloriosa resurrección.

Pareciera que los tres discípulos de Jesús, se hubieran puesto de acuerdo para no dar  muchos detalles al respecto.

De hecho, La conversión al Cristianismo de Simón de Cirene, Cayo Casio Longinos  y Dimas, se produce precisamente en circunstancias de los últimos momentos; es decir al pie de la cruz y por el poder de la sangre de Cristo. 

Y no fueron sus doce discípulos quienes estuvieron con Jesús en los últimos instantes  de su muerte, sino tres hombres foráneos a quien Dios los eligió, para que fuesen estos los protagonistas y acompañantes de unos  momentos tan dolorosos  que dio pie a un maravilloso acontecer, llámese a la gloriosa resurrección.

Si por casualidad o por cualquier circunstancia  lees  este artículo, es para ponernos a reflexionar  por un instante, y te preguntes porque Dios todo poderoso eligió a estas tres personas, un agricultor del campo, un soldado romano, y un malhechor o criminal, para que sean estos los que acompañaran en los últimos momentos a la muerte de Jesucristo...

Y con cuál de ellos tú te identificas,  con Simón de Cirene?

Quizá  te identificas con Casio Longinos?…

Tal vez, sea con Dimas, aquel malhechor que en el momento extremo de su vida, en los minutos que le quedaban, sostuvo un dialogo  muy íntimo  con Jesús.

Quizás puedas pensar  que no te identificas  con ninguno de ellos,  quizá en el fondo te identifiques  un poco con cada uno, es decir con los tres…

Recuerda que la conversión de cada uno de ellos no deja de ser muy sorprendente. Porque  Simón de Cirene era un hombre del pueblo, un agricultor con luchas y aflicciones en su vida como cualquiera, podríamos decir que refleja a la gran mayoría de la gente en el mundo  de condición humilde, que alguna vez escuchó hablar de Cristo y de los milagros que hizo, de la palabra de Dios y sus sagradas escrituras muy conocidas pero poco leídas. Y  que a pesar de los pecados que se puede haber cometido, uno tiene el derecho de recibir la gracia de Dios y de ser salvo.

En el caso de Casio Longinos, como centurión y como soldado romano que fue, pertenecía a cierto grupo de aristócratas de corte de nobleza, se puede decir que representa a la clase  pudiente y preparada, al hombre con títulos y poder; y  que al igual que Simón de Cirene, también tiene el derecho de consagrarse a los caminos de Cristo, y de recibir de parte de nuestro Señor,  su  gracia y bendición.

Pero lo más sorprendente es el caso de Dimas, aquel hombre que era un criminal, un condenado a muerte catalogado lo peor en aquel entonces, y que  quizá simboliza el camino equivocado, y que por más grande que haya sido su pecado cometido, se arrepintió en los últimos segundos que le restaba de vida, actitud que lo hizo  con un arrepentimiento genuino verdadero de corazón. Dimas no escatimó, cuando estuvo al lado de Jesús de clamar  con tal fe y convicción “Señor acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”.

No dijo perdóname mis pecados, ni dijo si eres Dios acuérdate de mí. Y que Jesús en medio de su misericordia al ver a Dimas en agonía,  le hizo una promesa que nunca antes había hecho ni a sus propios discípulos, “hoy estarás conmigo en el paraíso”. 

Aquí se aprecia una gran revelación, con el ejemplo de Dimas, de que aún si el pecado es más más abundante, la  gracia de Dios es aún mayor. (Romanos 5-20)
Pero lo cierto es que cualquiera que sea el pecado que uno haya cometido, y cualquiera que sea el estatus o condición económica en que uno se encuentre, cuando estamos al pie de la cruz, no cuentan los títulos, riquezas o pergaminos que en el mundo  material haya uno  podido obtener. 
Todos ante Jesucristo, tenemos el derecho como la oportunidad para arrepentirnos y llegar a su camino aunque cogiéndonos del borde de su manto; aún, en el último minuto  de nuestra vida.
Por más perdido o alejado que uno se encuentre…
Por más enfermo, fracasado o miserable que uno se sienta…
Solo ÉL, nos redime  del pecado, y nos abre portales en el cielo.
Porque Jesucristo es la verdad el camino y la vida…
Luz del mundo…
Fuente de agua viva…

Nuestro  salvador.


Que Dios te bendiga...

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jueves, 23 de abril de 2020

La Revelación de Cristo Jesús en la Cruz

El entregó  su vida por nosotros y lo hizo por amor.
Y lo que nunca el  enemigo  y nadie imaginó, se dio en la maravillosa resurrección. 
De saber que Jesús venció a la muerte, toda vez que al tercer día resucitó  de entre los muertos.
Acontecer maravilloso y sobrenatural que desde entonces es, y será siempre el mayor triunfo de la humanidad.
Y ese gran triunfo siempre será nuestra mayor victoria.
"Mi victoria".  
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Hace más de dos mil años Cristo Jesús fue crucificado y muerto por dolor.

Ningún ser humano padeció y sufrió tanto como padeció Jesús al morir en la cruz,
toda vez que previo a su muerte fue torturado y flagelado cruelmente.

Con él se cometió la peor de las afrentas y barbaries, tan solo por decir que era hijo de Dios, y por esa verdad se manipuló la ley en aquél entonces para aplicar la peor de las injusticias y acusarlo por  un delito (blasfemia) al cual nunca cometió.

Y fue llevado ante un tribunal  donde a pesar de no habérselo probado nada en un proceso irregular e indebido,  fue sentenciado y condenado injusta y arbitrariamente a la crucifixión, condena reservado solo para los peores criminales y asesinos.

Pero antes de ser llevado al monte Gólgota, lugar donde seria crucificado, en su  interior del pretorio romano fue desnudado para ser  flagelado brutal  y cruentamente por los soldados romanos sin misericordia y  piedad.

Se sabe que el flagelo y los azotes que recibió Jesús en todo ese  trayecto hacia el monte Gólgota fueron incontables e interminables; no obstante, se dice que fueron 39 azotes lo que recibió Jesús,  en el interior del pretorio romano con un látigo  que tenía varios rejos, y cada uno de ellos tenía incrustaciones de metal y hueso cortante, cada látigo que recibió  en  su cuerpo le desollaba la piel, hasta quedar la carne desgarrada, viva y expuesta.

No hubo parte de su cuerpo que no haya quedado lesionado y molido  por el cruel castigo que se le dio.   (Isaías 53 - 5)

Y aun encontrándose en esas condiciones, en un estado grave y débil, con intenso dolor y sufrimiento fue obligado a cargar un pesado madero de cruz, en los momentos en que las fuerzas ya no habían, y recorrer un extenso camino penitente hacia la muerte; sin embargo, en todo ese calvario jamás se resistió al castigo, ni se escuchó quejarse con palabra alguna de rencor o venganza hacia sus opresores y verdugos; dejando así una clara enseñanza a la humanidad de  lección de obediencia  y fortaleza, al caerse y tan luego levantarse para seguir adelante en su propósito.


  Lucas 23 verso 34)   a pesar de los momentos tan duros y dolorosos que atravesaba.

Y  una vez crucificado  su  padecimiento  aún fue mayor.
Con todo un profundo e inmenso dolor que jamás hombre alguno pudo haber sufrido; y de seguro  no habrá  ser humano que muera de la misma forma en que Jesús murió; morir de dolor. (Hebreos 10 - 10)

Aunado al hecho de recibir  todos  los insultos e improperios  de la multitud de gente entre ellos los fariseos, quienes se burlaron y lo humillaron hasta la saciedad, con palabras como si eres hijo de Dios, sálvate a ti mismo. Incluso mucha gente que se encontraban presentes ese día, alguna vez  habían aplaudido a Jesús por haber sido testigos de los tantos milagros que hizo a los enfermos y desvalidos, pero que incomprensiblemente fueron los mismos  que ese día celebraron  su agonía y su muerte.  (Isaías 53 - 3)   (2 corintios 5- 21)
 .
La muerte de Cristo Jesús si bien estuvo escrita en las escrituras, fue la peor muerte, una muerte vil que nunca se volverá a repetir.


En consecuencia, la revelación de Cristo Jesús en la Cruz, nos reafirma el gran poder de Dios que tiene sobre las tinieblas, sobre la vida  y sobre la muerte, y ese gran amor que Dios siente hacia todos nosotros sin excepción.

Por cuanto una vez muerto en la cruz descendió a los infiernos donde se hallaban  los muertos justos privados del anuncio de salvación, arrebatando para siempre las llaves del infierno.    (Efesios 4 verso 9-10)  (Apocalipsis 1 verso 18)

Jesucristo con su muerte en la cruz  y su sangre derramada, no solo nos redimió del pecado sino también se llevó toda opresión, toda maldición, angustias y enfermedades para darnos  una vida en abundancia.

Con su muerte en la cruz  Jesús  nos hizo libres de todo pecado, nos liberó  de toda maldad y de toda miseria.  Y con su  sangre vertida  pagó el derecho de nuestra salvación.

El entregó  su vida por nosotros y lo hizo por amor.

Y lo que nunca el  enemigo  y nadie imaginó, se dio en la maravillosa resurrección. De saber que Jesús venció a la muerte, toda vez que al tercer día resucitó   entre los muertos.

Acontecer maravilloso y sobrenatural que desde entonces es, y será siempre el mayor triunfo de la humanidad.

Y ese gran triunfo siempre será nuestra mayor victoria.


"Mi victoria".


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Jesucristo  murió en la cruz por las razones siguientes:

- Por amor.  Juan 10 verso 17-18
- Para perdonar nuestros pecados. Hebreos 9 verso 15
- Para darnos vida eterna.  1 de corintios 1verso 9
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Si por casualidad o por cualquier circunstancia llegaras  a leer este artículo, quiero hacerte recordar que en el libro de la biblia podemos encontrar más de 30 mil promesas para uno.

En estos momentos de crisis, de incertidumbre y zozobra que atraviesa la humanidad es preciso que vayas en busca de una biblia y encuentres alguna bella promesa.

Hoy mas que nunca debemos de llevar palabra de amor y de bendición para todos.

Aun en los momentos mas duros y adversos que pueda vivir el mundo seamos "provisión y remedio" para el  prójimo.

"Seamos siempre gratos"...

Y  "luz en medio de la oscuridad"

Ten presente  que no hay nadie en el mundo que no tenga  algún problema o aflicción en su vida, y por más grande que sea el  problema y el dolor, no hay  nada imposible para Dios.

Porque Dios todo  lo puede remediar, 

todo lo  puede transformar,

porque solo él  cambia y restaura vidas,

y con su gracia nos salva.

Recuerda siempre  que Jesucristo  resucitó y está vivo.

Y sabes que?    Él  te ama más de lo que puedes imaginar.

Es  el único que puede hacer el  milagro en  tu vida.


                              Que Dios te bendiga.
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