sábado, 22 de octubre de 2022

EL AFAN Y LA ANSIEDAD

(Soliloquio de un caminante sin fronteras...)

                                               (Remedio para  la depresión  y  la ansiedad)

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 EL AFAN Y LA ANSIEDAD

(Pensando en voz alta)

Mientras como de costumbre voy cavilado por el largo camino sinuoso, concluyo que existen dos acontecimientos de los cuales no debería de preocuparme, el primero es “EL PASADO O EL AYER”, que con sus recuerdos de dulzura y alegría y otros de tristezas y dolor, con algunas virtudes, errores y desaciertos, se fue para siempre de manera irrevocable, para nunca más volver.

De hecho, cuanto daría para arrancar algunos recuerdos de ese pasado vivido, pero no puedo deshacer nada de lo que hice, ni borrar una sola palabra de lo que pronuncié, dejar solo los hermosos y sublimes momentos y borrar todo lo amargo y triste es imposible, pues los pecados y errores cometidos ahora es de pertenencia y está en las manos de Dios. Por tanto, el ayer se fue en un abrir y cerrar de ojos y forma parte de ese pasado añorante de mi vida. 

Por un buen tiempo, el pasado o  el  ayer, estuvo en mis manos  y  lo deje ir, a veces pienso eso, pero realmente, el ayer me dejó porque tenía que pasar. Se marchó tan de prisa sin dejar tregua, y con proyectos que incluso atesoraba en mi corazón…

 El PASADO, es de Dios.

El segundo día por el que no debo de preocuparme es por “EL FUTURO O EL MAÑANA”, aquel futuro incierto, misterioso, promisorio y tentador, pero como está escrito en las sagradas escrituras: “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”.

El FUTURO O EL MAÑANA, que forma parte del porvenir, de lo subjetivo y del acontecimiento irreal que aún no se puede vislumbrar, con todos los posibles obstáculos, adversidades y errores, está fuera de mi dominio como un sueño efímero y volátil. “El ayer murió con el ocaso atardecer, y el mañana está por nacer, con el alba del amanecer”, por tanto, esta fuera de mi alcance, y mientras el crepúsculo del sol de un bello día, no aparezca Dios tiene la última palabra! entonces, que no se turbe mi corazón…

No me preocupare por tanto de esos dos tiempos, aunque haya quienes poco les importe, y  algunos me tilden  hasta de conformista, me he tropezado muchas veces con las piedras del camino, y he podido levantarme, viviendo íntegramente el presente, esforzándome en hacer cada cosa lo mejor, pues cada día se lidia una batalla, y sobre el mismo amor que entregué ayer cuando fui niño y joven, hoy de maduro lo preservo; por tanto, es el mismo amor que entregare para el día de mañana cuando sea más grande.

EL FUTURO, también le pertenece a Dios.

No amasé fortuna en el pasado, ni me importa las riquezas del futuro, más me importa los tesoros en el cielo. Y de lo mucho o poco que logré obtener en mi vida, he sabido compartir con gratitud, buscando mi reposo en Cristo Jesús, en este día de gracia, puedo decir que si en lo poco soy agradecido en lo mucho también lo soy.

Las duras batallas de la vida por más difíciles que sean, se tornan menos complicadas de enfrentar dentro de las 24 horas del día, las cargas se sienten más livianas y las tentaciones no difíciles de superar, las aflicciones como los temores van disminuyendo porque voy conociendo poco a poco mi mundo interior; el ser imperfecto que soy, (pues soy hoja caída del árbol hagan leña de mí, Señor).  

Por tanto, intentaré vivir de la mejor manera el presente, esforzándome en vivir feliz y en paz cada momento. No pensando en el pasado con un remordimiento por algo que sucedió, ni tampoco me afanaré de cualquier situación que sucederá en el futuro, algo incierto que aún está por acontecer. Esos dos tiempos, uno muerto y el otro por nacer, es lo que causa angustia y aflicción en muchas personas.  

Finalmente, mis cargas se las entrego a Cristo Jesús, quien me fortalece cada día, y es a ÉL, a quien mediante mis oraciones con fe y esperanza, le pido sabiduría y su bendición, pidiéndole además ser un instrumento suyo de amor dentro de las 24 horas del día, porque si bien el pasado y el futuro son de Dios, con mayor razón, lo es el PRESENTE…

El hoy, que por sus manos circula cada mañana y a primera hora, y sin darnos cuenta mientras dormimos, da el visto bueno derramando su infinito amor con los rayos del sol para todo el mundo, antes de que uno pueda vivirlo y sentirlo. 

Que Dios te bendiga.

 

 

   Del libro de la Biblia, San Mateo Cap. 6 versículo 34,

 “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”.

 

 

 






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